13/5/11

Sé de un lugar... 2


Y desbordándome llegué al templo.
Intuyendo que estaba a punto de salir de mi oscura cueva para caminar en el filo de una cresta con el abismo a ambos lados, me dividía entre el abandono y el salto al vacío.

 Aunque expresar la intensidad con que algunas personas o lugares pueden impresionarte utilizando la palabra "energía" o "fuerza" me hubiera parecido forzado en otras ocasiones, eso es lo que sentía conforme bajaba la senda junto al "Nido del Águila" y me topaba con el maestro, con Sensei.
Los prejuicios y las apreciaciones erróneas condicionan lo que uno cree ver o sentir en determinadas circunstancias, pero pasada cierta linea, o por un sutil clic interior, se tiene la certeza de que no. Eso me sucedió al tener al frente a Sensei; ¿había encontrado a mi maestro? La centrifugadora se ponía en marcha.

Con la pequeña perspectiva que me dan el transcurso de unas pocas semanas, y metido de nuevo en mi antigua cueva, no puedo evitar verlo con bastante humor pues la cosa no deja de tener su gracia :-)
Una oleada -mejor decir tsunami- me tenía continuamente agitado, removido, alterado. Yo pensaba que me había metido en un pozo hasta que oí que tal cosa no existe; primer latigazo; esto va cogiendo velocidad… - una cosa es la psicoterapia, tú verás si la necesitas o no, y otra muy distinta el zen; ¡toma!, en todos los morros. El metal, la madera y la voz de Sensei durante zazen son estremecedores. Y el silencio…
Respiro de continuo profundamente, pero no es ansiedad; es "encaje". ¡Qué maravilla! Una persona que lleva muchos años junto al maestro me agarra por banda con un maravilloso efecto balsámico... Poco a poco me voy dando cuenta que mi película no es más que una pueril pataleta; ¡al cuerno!
La convivencia y el compartirlo todo con el resto de residentes y los monjes, en un ambiente de sumo respeto y comprensión terminan de moldear la experiencia.

De forma casi imperceptible se va abriendo un hueco: ¿quién narices soy yo, que no quiero ser yo pero lo soy por cojones? ¿y este velo? ¿de qué vas?

Van pasando los días y el rebosamiento pierda fuerza. Pero la lluvia continúa.
Vine para una semana y me voy a quedar un año; por ponerle un nombre a lo que no lo tiene.


Al pie del gran muro

1 comentario:

  1. “Y descubrí una verdad profunda, tan difícil de percibir, difícil de entender, tranquilizante y sublime, la que no se adquiere por puro razonamiento, y es sólo visible al sabio.” Buda Sakyamuni

    Abrazo. Amparo.

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